El Instituto del Propósito y Bienestar Integral (IPBI) de la Universidad Tecmilenio llevó a cabo en Guadalajara, Jalisco, el foro internacional “Una Vida con Propósito”, cuyo eje central fue el bienestar y la educación orientada al propósito de vida.
A lo largo del encuentro, especialistas nacionales e internacionales coincidieron en una pregunta transversal: ¿cómo construir un propósito de vida en cualquier etapa? El diálogo puso de relieve la importancia de integrar este elemento como motor de desarrollo personal, profesional y comunitario.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de cada siete adolescentes de entre 10 y 19 años —es decir, el 14.3 % de esta población— reporta padecer de algún trastorno mental (1). La mayoría de estos casos, además, no recibe el reconocimiento ni la atención adecuados, lo que representa un reto urgente que debe ser atendido desde diferentes perspectivas e instancias.
De frente a esta realidad, las voces que resaltan el acompañamiento emocional y la construcción de un propósito de vida y bienestar entre los jóvenes se vuelven cada vez más importantes. Una de ellas es la de Rosalinda Ballesteros.
Durante el foro Wellbeing 360, organizado por el Instituto del Propósito y Bienestar Integral de la Universidad Tecmilenio, la directora del Instituto destacó que el propósito de vida puede entenderse como las metas ideales que otorgan sentido a nuestras acciones en el corto, mediano y largo plazo.
Ballesteros explicó que este propósito se sostiene en tres pilares fundamentales: el autocontrol, la autoeficacia y el autoconocimiento. Estas capacidades no solo permiten evaluar con mayor claridad lo que ocurre en la vida cotidiana, sino que también ayudan a enfrentar imprevistos y reconocer que, aunque existan dificultades, no todo en la vida falla al mismo tiempo.
La doctora en Estudios Humanísticos por el Tecnológico de Monterrey recalcó la importancia de fomentar relaciones significativas, ya que las conexiones humanas son las que brindan apoyo y sentido de comunidad.
“El regalo no está en el contenido del paquete, sino en las manos que entregan el regalo”, afirmó, al subrayar que el sentimiento de pertenencia y el saberse queridos son factores centrales en el bienestar integral.
En este contexto, la construcción de un propósito de vida para la población adolescente no debe verse como un lujo, sino como una necesidad prioritaria.
Para Rosalinda Ballesteros, el primer paso para descubrir el propósito de vida es detenerse a hacer las preguntas correctas. “Si no lo haces, navegas hacia donde te lleve la corriente, y el riesgo es terminar siguiendo antimodelos que no te conducen a lo que realmente quieres”.
Desde Tecmilenio se han impulsado herramientas accesibles para cualquier persona, sin importar su edad o trayectoria. Una de ellas es Mi propósito (2), una experiencia gratuita en línea que acompaña al usuario en este proceso de reflexión.
Ballesteros enfatizó que definir un propósito no es exclusivo de quienes estudian una carrera universitaria. “Todas las personas, desde quienes desarrollan una profesión hasta quienes se dedican al cuidado del hogar o al voluntariado, poseen fortalezas, pasiones y valores que forman parte de su propósito. Lo importante es reconocerlos desde el contexto en el que cada uno vive”, explicó.
En este sentido, establecer un propósito significa vincular las actividades diarias —ya sean laborales, académicas o personales— con un sentido de trascendencia. Así, cada acción cobra significado más allá de lo inmediato y se convierte en un camino hacia el bienestar integral.
Referencias:
- Organización Mundial de la Salud. (2025, septiembre 1). La salud mental de los adolescentes. Consultado en: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/adolescent-mental-health
- Explora y construye tu propósito de vida: https://miproposito.tecmilenio.com/es
Autora: Ivonne Vargas Hernández.
Editora en Jefe Observatorio Instituto para el Propósito y Bienestar Integral. Autora, analista laboral y periodista especializada en Recursos Humanos y Gestión de Talento.